Desde hace unos años me he dedicado a experimentar y a
conceptualizar una práctica artística que se desprende de la
gráfica expandida/experimental. Este modo de hacer lo he
denominado Florisgrafía (se encuentra en proceso de
patentamiento en el IMPI) y consta de hacer impresos sobre
pétalos de rosas y otras flores.

El germen para desarrollar este modo de impresión tiene que ver
con el tema de la identidad y de un insulto: flor de puto.
El eje vertebrador de mi praxis hoy pasa
por el abordaje de mi propia identidad y por la investigación de
este modo de impresión. Al desarrollar obra y trabajar con un
soporte orgánico receptor de imagen gráfica se presentan ciertos
interrogantes y conflictos técnicos:

• Fragilidad del soporte.
• Durabilidad de la obra.
• Estructura receptora.
• Procedimiento de transferencia de imagen sobre pétalos.
• Conservación a largo plazo: parte de este interrogante
se ha resuelto mediante la utilización de capas
protectoras de un barniz a base de 2-etilheaxanoato de
calcio y sal orgánica de cobalto.

Construyo una operatoria artística a través de una poética narrativa que se conforma de fragilidad y
de la crudeza de las palabras. Reflexiono sobre el dolor y desde
ese punto se generan piezas gráficas en el cruce con las biopoéticas.
Todo mi hacer está atravesado por la investigación orgánico-natural y experimental en intima relación al campo de las artes,  y se sustenta en la transformación poética de la materia.
Concibo al campo de la gráfica experimental/expandida como un
lugar de encuentro entre el taller y el laboratorio.